sábado, 24 de noviembre de 2012

Los Peregrinos





         Camino de Ambrain, el lugar sagrado que todo creyente beluí debe visitar algún día, se encontraron dos peregrinos que, compartiendo historias acerca de sus vivencias, decidieron hacer juntos el resto de su viaje. Esa noche, mientras cenaban unas alubias al borde del camino, el peregrino de más edad dijo al otro:

  • ¿Has oído hablar del Templo Oculto del sabio y venerado Ishmolá?
  • Sí, he oído hablar alguna vez de esas historias.
  • ¿Historias? ¡Nada de eso! El Templo de Ishmolá existe, y es una realidad sublime, meta y destino de todo el que quiera profundizar en el conocimiento de lo Sagrado, pues allí se encuentra la más alta Sabiduría y la suprema Felicidad.
  • Y, ¿tú cómo sabes esas cosas?
  • Porque me ha sido revelado en la Escuela de los Profundos, de la que seguro tú nunca has oído hablar.
  • No, parece que no.
  • Es una Escuela de nuestra tradición beluí, donde se imparten conocimientos esotéricos muy elevados. A ella sólo acceden los que hemos sido elegidos y preparados. Allí he aprendido muchas cosas que sólo los iniciados sabemos, pues son nuestros secretos más celosamente guardados. Entre estos secretos, se encuentra el del camino que conduce al Templo Sagrado de Ishmolá, al que sólo llegan algunos pocos entre los pocos.
  • ¿Y tu conoces ese camino, sabes cómo ir hasta allí?
  • Sí,  lo he estudiado con detenimiento, cada esquina, cada rincón, todos los obstáculos... sé como llegar hasta las mismas puertas del Templo, conozco cada una de sus fachadas con todo detalle, aunque... nunca las he visto. Espero poder ir hasta allí algún día.
  • Y si es secreto, ¿cómo es que me hablas a mí de ello?
  • Porque veo en ti a un joven muy serio y devoto de nuestra tradición, pues peregrinas a Ambrain, lo que no es normal a tu edad, demostrando así tu inquietud espiritual.
       Así, durante varias semanas andaron, comieron, durmieron y oraron juntos, y el sabio peregrino no paraba de contar y demostrar apasionadamente todos sus conocimientos al joven, incluso los detalles más concretos sobre el camino que conducía al Templo de Ishmolá.







     Un día, a sólo unas jornadas de Ambrain, el joven interrumpió el docto relato de su acompañante y le preguntó:
  • ¿Qué hay dentro del templo?
         El peregrino guardó silencio durante unos instantes, mientras miraba hacia el polvoriento suelo, y luego respondió:
  • No lo sé.
  • ¿Cómo?
  • No lo sé, como te he dicho nunca he ido hasta allí.
  • Pero... hay algo que no entiendo ¡Me has contado tantas cosas maravillosas! ¿Cómo es que conociendo todo eso que me cuentas, nunca te has decidido a visitar el Templo?
        De nuevo el sabio peregrino guardó silencio, desviando su mirada hacia otro lado, como quien quiere evitar una respuesta, y forzadamente dijo:
  • Es que no me está permitido por mis Maestros, porque... siempre fallo en una prueba.
  • ¿En una prueba, cuál?
  • La del Silencio… siempre me dicen que no sé Callar.
  • Vaya, no lo dudo.
  • ¿Cómo dices?
  • Nada, nada, discúlpame.
  • No, si no tienes que disculparte, seguro que de nuevo he estado hablando y hablando como una cotorra, incluso de cosas que no debía.
  • Pues la verdad, sí.
  • ¡Por el turbante de Harad! Lo siento. Es que me apasiona el tema, es fascinante. Por ejemplo, las enseñanzas más avanzadas dicen que en el interior del templo hay una gran sala de color rosa, en cuyo centro se encuentra una gran fuente de oro en forma de loto, que...
  • ¡Para!
  • ¿Cómo dices?
  • ¡Qué pares! ¿no te observas? De nuevo dale que te dale sin parar. Además, en realidad, la sala es azul y la fuente no es de oro, sino de alabastro.
  • ¡Vaya! ¿Y tú, joven profano, cómo lo sabes?
  • Porque vivo allí... es mi hogar.
  • ¿Qué vives allí?...  ja, ja, ja.
        El sabio peregrino soltó una larga carcajada, para después, lleno de perplejidad al ver el rostro serio y tranquilo del joven, lanzar una pregunta:
  • ¿Es eso cierto, no bromeas? ¿Cómo puede ser? ¿Y si es así, cómo es que me has dejado hablar y hablar tanto tiempo sin decírmelo?
  • Porque te lo pasabas muy bien hablando, eras muy feliz contándome todas esas medias verdades.
       El joven dirigió una mirada sonriente y afectuosa al aún perplejo peregrino, mientras tomaba un buen trago de agua fresca. Luego, plácidamente, le dijo:
  • Este viaje hasta Ambrain sólo lo he hecho por una razón, “conocerte” y ver si lo que tus Maestros contaban de ti era cierto.
  • ¿Mis Maestros? ... ¿Qué te contaron?
  • Que eras un buen discípulo, espiritual, intrépido, servicial, amante del prójimo, paciente, estudioso e inteligente, pero... que por mucho que lo intentaron, no habían podido enseñarte a callar.
        El peregrino, una vez más, miró hacia el suelo avergonzado. Luego preguntó:
  • ¿Y tú, puedes ayudarme?
  • ¿Todavía quieres visitar el Templo de Ishmolá?
  • Sí ¡lo he deseado desde hace tanto tiempo!
  • Pues quizás pueda cumplir tu deseo, pero para ello deberás demostrarme, y demostrarte, que eres capaz de guardar silencio durante las jornadas que nos quedan de camino hasta Ambrain. Debes meditar y ejercitarte en los dos principios del silencio, que son: “Silencia tu mente para que puedas silenciar tu lengua” y “Escucha, pues quien habla nunca lo hace y por tanto, no aprende”. Por el camino te iré enseñando los detalles y técnicas de estos dos principios.
  • Así lo haré, y agradezco al Cielo por haberme enviado un guía amigo tan sabio y noble como tu. ¿Me permites que te llame Maestro?
  • No, por favor, llámame sólo por mi nombre... Ishmolá.

                                                                                                                      Sugam Ogima.



sábado, 17 de noviembre de 2012

Aprendiendo a volar






         Don David es un apicultor de Vilaflor. Mientras paseamos por sus colmenas, después de haberme puesto ropa protectora, guantes y cobertor para la cabeza, me explica que para acercarse a las colmenas hay que ir de blanco (el color de la Pureza), pues dice que es el color que las abejas toleran bien por identificarlo mejor con el entorno de las colmenas, y nunca de rojo o amarillo pues las altera. Él no se ha puesto absolutamente ninguna protección pues dice que sus abejas ya le conocen muy bien y se ha acostumbrado a sus picaduras. Nos acercamos a una de las colmenas y con sus dedos descubiertos coge a una de las abejas posadas en el exterior, la cual parece no molestarse salvo por el ligero movimiento de sus patas. Mientras él la manipula y me enseña su cuerpo comenta que la abeja autóctona de Canarias es la negra, y que se diferencia de otras especies que también podemos encontrar en las islas, como alguna variedad africana que es más amarilla, por su espléndida miel y su menor agresividad. Luego abrió una de las colmenas y extrajo uno de los panales lleno de cera y miel mientras las abejas zumbaban a nuestro alrededor. Me habló de las maravillas de la miel de Retama, de Tajinaste, de Azahar, de Romero, de Tomillo ... Más tarde, ya en su casa, degustamos tranquilamente alguna de esas delicadezas. Luego le dije:

- Don David, le voy a pedir algo que quizá le extrañe.

- Diga Usted lo que guste.

- Desearía poder estar a solas un rato, lo más cerca posible de las colmenas.

Él, en efecto, me miró un tanto extrañado al principio, pero sonriendo me dijo:

- Ustedes los de la ciudad necesitan la tranquilidad del campo para liberarse de sus prisas y sus preocupaciones, porque si no enloquecerían. Por eso, y porque me parece buena persona, voy a confiar en usted y le dejaré una rato a solas con mi tesoro, pero le ruego que si se le acerca alguna abeja por favor no se mueva ni realice gestos bruscos.

- No se preocupe que así lo haré.

Luego me acompañó al campo de las colmenas.

- Hasta aquí (me indicó a unos 30 o 40 metros de las colmenas). No se acerque más sin llevar protección. Volveré en ... ¿1 horita?

- De acuerdo, le respondí mientras él regresaba a sus labores.

Observé el entorno. A lo lejos se veían las abejas sobrevolando alrededor de las colmenas, y me senté a la sombra de un sauce para meditar tranquilamente y sintonizar con el lugar. El ambiente y su silencio me envolvieron y pronto entré en un estado de profunda calma. Varias veces oí a mi alrededor el zumbido de las abejas, pero decidí no abrir los ojos bajo ningún concepto y permanecer tranquilo y sereno.





No llevaba mucho tiempo en ese estado, cuando me vi nuevamente transportado, en compañía de dos abejas obreras que me parecían casi de mi tamaño, a una de las colmenas de la Fraternidad de Apicultores. Allí, como en la ocasión anterior, en medio de un olor indescriptible, mezcla de eucalipto y laurel, me esperaba la maestra y reina Ibdana, la cual me saludó con cortesía y afecto mientras me indicaba que me acercara y sentara a su lado.

- Veo que has probado nuestros dones.

- Sí, maestra Ibdana, un apicultor amigo me ha dado a probar una sabrosa miel de retama. ¿pero cómo lo has sabido?

- Porque puedo ver en tu cuerpo, y más allá de él, el rastro de la esencia de nuestra miel y su efecto sobre tu energía vital. Además dice un axioma que “La miel dulcifica” y lo noto en tus emociones desde la última vez que nos visitaste.

- ¿Te refieres a que me encuentras más tranquilo y sereno?

- Sí, algo más, aunque aún has de trabajar mucho con las herramientas más poderosas de nuestra Fraternidad: La Serenidad, la Ternura y el Perdón, pues son la clave de la Bondad que es nuestro objetivo. Pero antes de todo eso hablaremos hoy del Vuelo, ya que sin que aprendas a volar no conseguiremos nada. El Vuelo es la base de nuestro trabajo en la Fraternidad de los Apicultores.

- Pues me parece que... de volar nada de nada (le dije mientras ambos sonreíamos ante mi extrañeza y la cara que se me había puesto).

- Tranquilo. Para este Vuelo tienes alas de sobra y como verás ahora, bien constituidas y dispuestas para volar, aunque la mayoría de los humanos no las uséis. Así como para una abeja volar es fundamental para su labor, pues significa poder desplazarse a grandes distancias y recolectar “las materias primas” de su obra, para un miembro de la Fraternidad saber volar es imprescindible igualmente, pues nos permite recolectar las flores maravillosas y el néctar que necesitamos para nuestro trabajo: Las enseñanza de los maestros y sus tradiciones, las prácticas y ejercicios internos, la música, las artes, el cultivo cotidiano de la relación armónica y constructiva con los demás, etc. Así que comencemos con la primera lección de vuelo ¿Estás dispuesto?

- Si, creo que si, aunque no sé si controlaré el vértigo (ella sonrió de nuevo).

- Escucha, atiende detenidamente a lo que voy a decirte. La primera clave que debes comprender es que para un humano aprendiz de la Fraternidad de Apicultores, volar es “PERMANECER ATENTO”, despierto en el instante presente, en el ahora, consciente del momento.

- ¿Ese es el vuelo, eso es todo?

- Sí, eso es volar, nada más y nada menos. Cuando hacemos esto, cuando permanecemos despiertos en el aquí y el ahora, volamos, porque vemos las cosas desde lo interno, elevamos nuestro “punto de vista”. Sólo desde ese estado de atención podemos recolectar el polen y el néctar que necesitamos interiormente. Pero como irás descubriendo no es algo fácil, pues vuestra mente, su continuo y descontrolado parloteo constante, enseguida os hace perder la conexión con el instante, el equilibrio de vuelo, y os hace caer en tierra. Ese flujo mental descontrolado es para vosotros como la fuerza e inercia de la gravedad.





- Sí, lo sé por propia experiencia. Hace algún tiempo que practico la meditación, donde ese estado de atención consciente que describes es esencial, y siempre lo pierdo después de un corto periodo de tiempo. He realizado ejercicios como mirar el movimiento de las agujas de un reloj sin perder la atención, y en mis mejores resultados apenas he podido mantenerlo durante unos pocos minutos sin que la mente se viera invadida por mis pensamientos.

- Por tanto, la pregunta fundamental es: ¿Cuánto puedes permanecer y mantenerte en vuelo?  Al principio, tal y como ya has experimentado, seguro que muy poco, pero con el tiempo y con entrenamiento podrás dar grandes viajes internos. Pero para eso, para poder mantenerte en el aire, necesitas la segunda clave del vuelo:  Has de aprender a manejar y batir bien tus ALAS ¿Sabes de qué te hablo?

- Pues la verdad no ¿Te refieres a alguna parte de mi cerebro, o de mi estructura energética?.

- Sí y no. Pues aunque esos aspectos son importantes, es mucho más sencillo que todo eso. Me refiero a “LA RESPIRACIÓN”. Nuestras alas y su movimiento, representan para el aspirante de la Fraternidad su propia “respiración”, su proceso natural de “inspirar-espirar”, que vosotros habéis limitado a un simple “resuello”, pero que para el trabajo interno y vuestra salud, debe ser un proceso lo más profundo posible, que movilice adecuadamente vuestro diafragma. Un batir de alas que en su flujo y reflujo consciente, calme tu mente y mueva tu Alma al Despertar, invocando la presencia de tu SER REAL, a través de la atención, del estar presente en el instante. Ese es el secreto del vuelo: Respirar Conscientemente, con todo tu ser.

- Por eso decías que el vuelo era fundamental para recolectar todos los dones de nuestro trabajo, para lograr el máximo provecho de nuestras lecturas y de nuestras prácticas y ejercicios.

- Volar, querido amigo, es sacar lo mejor de vosotros mismos, es el secreto de la Intuición e Inspiración Interior, que os alimenta espiritualmente y os mantiene en el trabajo. Por tanto practica el vuelo, la respiración consciente, varias veces al día hasta nuestro próximo encuentro, y verás como cada vez podrás viajar más lejos dentro de ti y durante más tiempo.  (Entonces puso en una de mis manos una hoja de Laurel, y me dijo)  Ahora cierra tus ojos, respira lenta y suavemente ...

Yo sentía como el aire, cargado de fragancia y energía penetraba en mi nariz y pulmones y luego salía pausadamente. Cada inhalación, cada batir de alas, elevaba mi conciencia más y más, y mi mente permanecía serena, tranquila. No sé cuanto tiempo permanecí así, pues perdí la noción del tiempo, hasta que sentí que tocaban mi hombro y me llamaban.

- ¡Eh, amigo, despierte hombre!

Era don David, que había venido hasta donde me encontraba pues debía haber pasado la hora acordada. Yo me levanté tranquilo, sereno. Él lo debió notar en mi cara, pues me dijo:

- A Usted el campo le sienta fenomenal ¿eh? Vuelva cuando quiera.

- Gracias, así lo haré. Pero, Don David ¿me deja que le pregunte algo?

- Usted dirá.

- ¿Cuántos años tiene usted?

Me miro sonriendo, con cara de niño travieso.

- Si se lo dijera no me iba a creer ... Muchos hijo, muchos. Es uno de los regalos que el colmenar hace a los apicultores. 

Y se marchó soltando una carcajada.

Mientras me dirigía al coche para regresar a casa, sentí algo en mi mano. Era la hojita de Laurel. Entonces comprendí su significado y el que Ibdana me la hubiera entregado, pues el Laurel es símbolo de laboriosidad y de la constancia que lleva al triunfo, al logro de cualquier meta. Siempre llevo esa hoja conmigo en mis prácticas de aprendizaje de vuelo. Me da seguridad, confianza y ... me recuerda mi necesidad de Volar. 
                                                                                                                      
Sugam Ogima





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domingo, 11 de noviembre de 2012

Fuente de Salud I



La Botica Apícola


En esta sección de nuestro blog vamos ir describiendo las propiedades curativas de los productos de la colmena, auténtico hospital de la Naturaleza. Así mismo, iremos describiendo las formas terapéuticas y tratamientos que podemos usar, de una forma sencilla y natural, como ayuda a la curación de diferentes trastornos y patologías. Este conjunto de técnicas es conocido hoy en día con el nombre de “Apiterapia”.

Entre los dones curativos que nos ofrecen las abejas se encuentran: las Mieles, la Jalea Real, el Própolis, la Apitoxina (veneno), el polen, los Aromieles (combinación de miel con extractos y aceites esenciales de plantas medicinales), la cera, el Pan de abeja y el apilarnil (larvas).

Todos ellos cumplen el principio Hipocrático esencial: “Que tu alimento sea tu medicina.” Hemos de decir que aunque la apiterapia no constituye en sí una materia médica, como es el caso de la Alopatía, Homeopatía o Naturopatía, sus aplicaciones y fórmulas forman parte de muchos de sus tratamientos. Por tanto podemos hablar de la apiterapia como terapia alternativa complementaria y auxiliar de la medicina convencional. No obstante, en la práctica clínica, descubrimos que existen una gran variedad de patologías que remiten y curan completamente con los tratamientos con fórmulas apiterapéuticas, a los que se reconocen mediante múltiples investigaciones fármaco-clínicas propiedades  inmunoestimulantes, antiinflamatorias, analgésicas, expectorantes, bactericidas y antisépticas, tonificantes (digestivas y respiratorias), dermatológicas (quemaduras y ulceraciones),  cicatrizantes, así como cardio y hepatoprotectoras.

Comencemos pues a conocer los efectos de la Alquimia apícola en la salud de nuestro cuerpo-mente, a través de diferentes entradas que irán apareciendo en este blog.


LA MIEL



Es el producto elaborado por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores y determinadas secreciones y jugos de las partes vivas de las plantas. Las abejas liban estas sustancias con la ayuda de sus trompas y las almacenan en el llamado buche melario, donde  se produce la transformación de las mismas con determinados fermentos y enzimas (diastasas) segregados por sus glándulas salivares, hasta que la transportan a la colmena. Allí la abeja recolectora lo regurgita para dárselo a una abeja obrera, que a su vez lo transmite a otra, y así sucesivamente la miel se deshace poco a poco de su agua enriqueciéndose con las secreciones de esta alquimia comunitaria.  Por esto la miel, predigerida por las abejas, constituye un alimento de rápida y fácil absorción para el ser humano. Posteriormente la miel es almacenada en los alvéolos hexagonales de la colmena, donde madurará después de 3 o 4 días. Luego, para evitar la fermentación, una obrera cerrará el alvéolo con una cobertura de cera en un proceso conocido como operculación. Entonces, en éste vacío absoluto, comienzan ciertos procesos bioquímicos durante 3 o 4 semanas, en las que la miel alcanza su máximo grado de pureza. Para fabricar 1 Kg de miel, las abejas deben realizar alrededor de 50.000 vuelos y visitar más de 1 millón de flores.






En la legislación francesa se prohíbe unir a la palabra “miel” el adjetivo “natural”, ya que ésta en su origen es siempre natural 100%. La miel contiene unas 70 sustancias diferentes, sustancias por otro lado de las más necesarias para nuestro organismo: 17 % de agua, 80 % de azúcares (principalmente monosacáridos de rápida absorción y fácilmente asimilables), enzimas naturales entre las que destacan las diastasas (amilasa, invertasa, catalasa, peroxidasa, etc. que permiten una rápida recuperación de energía en el desgaste físico como en el caso de los deportistas) o la glucosa-oxidasa de efecto antibacterilógico, sales minerales entre las que destacan el calcio, sodio, potasio, magnesio y fósforo, vitaminas B1, B2, B3, B5 B6, C, E, K, Caroteno, además de ácidos orgánicos, aminoácidos y proteínas, sustancias aromáticas esenciales y factores antibióticos naturales.

Ya en el 2700 a.C. se encontraron en Mesopotamia unas tablillas sumerias de arcilla donde se habla de la miel como medicamento. En papiros egipcios de unos 2000 años a.C., como el Ebers, ya se habla de las propiedades curativas de la miel y la cera. La medicina egipcia, además de variados usos terapéuticos, consideraba la miel como una “fuente de inmortalidad” usándola junto al própolis en el embalsamamiento y momificación y de los restos mortales del faraón. Es larga la cadena de conocimientos y tratados sobre el uso medicinal de la miel a lo largo de la historia (hindúes, griegos, árabes, alquimistas medievales, etc.), lo que nos lleva a la conclusión de que pocos remedios terapéuticos gozan de tan amplio bagaje documental, antecedentes históricos y mayor campo de experimentación clínica (prácticamente toda la humanidad), como la miel.

Cómo usarla


La miel, a parte de sus riquísimas propiedades nutricionales, requiere de ciertas condiciones para su uso terapéutico. Las abejas en sus vuelos regresan sistemáticamente a libar en la misma zona floral, lo que nos permite hablar de “tipos y variedades de mieles” dependiendo de la mayor presencia de néctar original de una planta determinada o varias en la miel elaborada. De ahí surge el concepto de mieles “multiflorales” o “monoflorales”. Existe una gran diferencia en la eficacia terapéutica entre unas u otras, prefiriendo siempre para esta finalidad mieles monoflorales (con una cantidad superior al 51% de néctar de una flor característica), ya que permiten una mejor utilización de los principios activos de cada planta, enriquecidos por la alquimia apícola, así como apuntar bien en el blanco de las diferentes patologías.


Todos podemos usar la miel nutritiva y terapéuticamente, incluso los lactantes. Por ejemplo, es un sustituto perfecto del azúcar blanca (de efectos tóxicos) al que podemos ir habituando a los niños en su alimentación cotidiana (máximo 30 gr/día). En adultos se puede tomar entre 100 y 150 gr/día repartidos en diferentes tomas. Sir Edmund Hillary, primer escalador en coronar el Everest, consumía muchos kilos de miel durante la ascensión, que le permitían realizar un esfuerzo sobre humano y reponer su energía, aumentando de una forma sorprendente su resistencia y facilitando su recuperación.

Sólo hay una excepción en la ingesta de miel, los enfermos diabéticos, que en casos graves deben abstenerse de ella, mientras que en las diabetes más suaves y controladas podrían ingerirse hasta 30-60 gr/día, siempre estando pendiente de los resultados diarios del medidor de glucemia y consultando sobre el particular al endocrino. Sin embargo el resto de productos de la apiterapia están muy recomendados para los diabéticos, existiendo curas específicas para sus dolencias y complicaciones particulares.

Centrándonos en su uso terapéutico, las dosis recomendadas son:
  • Dolencias agudas 90 gr/día, distribuidos en 3 dosis de 30 gr (una cucharadita de café) a lo largo del día durante 10 días.
  • Dolencias crónicas,  hasta 2 cucharadas soperas al día durante un mes.
En apiterapia, la miel se recomienda tomarla disuelta en infusiones o zumos naturales. Sin embargo, en nuestra experiencia personal, recomendamos tomarla de la misma forma en que se toman los medicamentos homeopáticos, vía sublingual, es decir, dejándola deshacer y mezclarse lentamente, sin prisas, con nuestra propia saliva debajo de la lengua. Si comprendemos que las mieles no sólo tienen propiedades bioquímicas, sino también bioenergéticas, este proceso de ingestión permitirá que ciertos canales etéricos, presentes en nuestra anatomía energética sutil, puedan extraer los principios alquímicos depositados por el Sol en la plantas, a su vez transformados por éstas y posteriormente por las abejas. No queda espacio en este momento para compartir sobre este particular, que esperamos desarrollar en un futuro al compartir nuestras experiencias en el terreno de la Naturaleza Elemental y Etérica.

La miel para su uso en apiterapia debe ser lo más pura posible, sin los aditivos que suelen usarse en las mieles industriales. Siempre que sea posible debemos recurrir a mieles artesanales de los apicultores de la zona, que podemos obtener en mercadillos de agricultores y herbolarios. Una vez en casa hemos de conservar la miel al abrigo de la luz, el calor y la humedad  y no esperar mucho para consumirla, o perderá poco a poco su aroma y cualidades. La presencia de cristales y solidificación de la miel es un proceso totalmente natural e indicador muchas veces de la pureza del producto. Podemos licuarla al baño maría intentando no sobrepasar nunca los 45º C. Las mieles industriales que encontramos para uso alimentario en los supermercados, han sido sometidas a pasteurización a 78º C, obteniendo mieles líquidas y agradables de aspecto pero que han perdido la mayoría de sus principios vitales esenciales, por tanto no son útiles terapéuticamente.

Hay otras formas de usar la miel en apiterapia como aerosoles (tratamientos de Bronquitis crónica y asma, especialmente miel de acacia al 50% con suero fisiológico en un nebulizador habitual, más nunca de Tilo que puede desencadenar una crisis), ungüentos y pomadas para quemaduras y cicatrizaciones, Aromieles (mezclada con extractos y esencia de plantas medicinales), hidromiel, etc.


Variedades de mieles monoflorales e indicaciones terapéuticas





Seguiremos en esta sencilla guía las indicaciones de los especialistas, mundialmente reconocidos,  Doctores Théodore Cherbuliez  y Roch Domerego, además de nuestra humilde experiencia en este campo. Hay van 10 de las joyas de nuestra botica:

Miel de Romero.- de color ámbar claro y sabor especialmente dulce. Indicada para insuficiencia hepática y vesicular, fatiga general, flatulencias, colitis, reumatismo y trastornos de las articulaciones, así como úlceras del aparato digestivo. No deben abusar de ella los hipertensos por sus efectos tonificantes.

Miel de Eucalipto.- de color ocre, especial aroma y sabor peculiar. Indicada para toda la gama de afecciones del árbol respiratorio, tos, de las vías urinarias e intestinales y colibacilosis.

Miel de Azahar.- casi transparente, aroma exquisito del naranjo y suave al gusto. Indicada para trastornos nerviosos, especialmente para la ansiedad, sedante, eficaz en el insomnio en niños y adultos, palpitaciones y migrañas. 

Miel de Lavanda.- de tonalidad ambarina con la aroma del espliego, indicada para afecciones respiratorias, gripe, quemaduras, heridas infectadas, picaduras de insectos así como úlceras estomacales y duodenales.

Miel de Brezo.- de color ámbar con tonalidades rojizas y trazas amargas al sabor, indicada para Cistitis, prostatitis, infecciones intestinales y fatiga general.

Miel de Tomillo.- de tonos rojizos y sabor fuerte, indicada para afecciones digestivas e infecciosas en general, tos, acidez estomacal, diarreas, por su riqueza en hierro es recomendada en los casos de anemia, reguladora de la tensión arterial.

Miel de Castaño.- de color ámbar oscuro, aroma amaderado y sabor dulce con notas amargas, indicada especialmente para la Anemia, así como astenia y trastornos circulatorios.

Miel de Tilo.- de color amarillo suave y fragancia característica, indicada para Angustia, nerviosismo e insomnio (un vaso de leche caliente con una cucharada de miel antes de dormir).

Miel de Acacia.- de color clara, aroma suave y dulce, indicada como laxante eficaz, reguladora intestinal, calmante suave, especialmente recomendada para lactantes y niños de corta edad.

Miel de Retama del Teide.- es exclusiva de colmenas ubicadas en la zona del Parque Nacional de las Cañadas del Teide, de color claro puede presentar tonos rojizos si contiene algo de néctar de Tajinaste, sabor suave y agradable, indicada por sus efectos diuréticos y beneficiosos para el sistema circulatorio, posee efectos tónicos cardíacos así como para tos, laringitis y otras dolencias respiratorias.



Retama del Teide


                                                                                                                      Continuará ...



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lunes, 5 de noviembre de 2012

Un Principio



       En una experiencia interna, “en sueños”, viaje hasta la Fraternidad de Apicultores, y pude penetrar en una de sus colmenas. El olor a azahar, la suave música del canto de las abejas y larvas, la acogedora luz, como un perpetuo atardecer. ¡Cuánto equilibrio, armonía y serenidad! Y allí, en medio de todas, estaba ella, majestuosa, la Reina o Maestra como la llaman los apicultores, cuyo nombre me fue revelado como Ibdana. Su telepatía llegó a mí como un musical susurro, que fluía entre sonidos similares a los cantos de ballena. 






  • Ven amigo mío, siéntate a mi lado.
Y así lo hice sobre un confortable asiento de cera que habían improvisado para mí.
  • ¿Quién te ha hablado de la Fraternidad? ¿A qué viene de pronto ese interés por nosotras, simples y sencillos insectos?
  • No lo sé majestad, surgió en mi camino el símbolo de las abejas y el trabajo interior, y tirando del hilo de mi meditación, aparecieron páginas y páginas del libro de la naturaleza que hablaban de vuestra especie y vuestro trabajo.
  • ¿Me has llamado majestad? Simpático y curioso. Extrapolas la idea de una reina humana hacia mí. Ja ja ja llámame amiga, si crees que lo merezco, y deja esos honores y distinciones “que separan” para tu especie. En nuestras colmenas la reina o Maestra es la gran Madre, la gran Amiga, porque es la que más da y más se entrega por amor a las demás. 
Durante unos instantes guardó silencio, dejando un momento que aproveché para respirar hondo, sentir el aroma de la colmena y la energía de bienestar y seguridad que Ibdana irradiaba. Luego continuó:
  •  Es curioso, durante mucho tiempo hemos trabajado junto a los hombres, les hemos entregado el fruto de nuestra vida y nuestro trabajo para alimentarles y sanarles. Muchos se sorprendieron de nuestras sociedades, de nuestro trabajo, de nuestras colmenas, pero muy pocos han descubierto a la Fraternidad de los Apicultores. 
  • Permíteme amiga Ibdana que te pregunte. ¿Qué es la Fraternidad de los Apicultores? Pues aunque sé en mi interior de su existencia, no llego a comprender qué es y en qué consiste.
  • La Fraternidad es el nombre que recibe el “vínculo fraterno” entre hombres y abejas. Entre humanos que desean Despertar y Servir y todas las colmenas del planeta. Ese vínculo es secreto y tiene sus Misterios ocultos, pues aunque compartamos nuestra vida, nuestra miel, nuestros alimentos con los humanos y ellos cuiden de nosotras, va mucho más allá de todo eso. Durante miles de años, cualquier hombre que tome nuestros regalos de vida, sabiamente, opera en su interior ciertos estados y energías, que surgen de nuestro trabajo con la energía vital del Sol y de la madre Tierra. La clave está en combinar esta alquimia natural con la meditación en nuestra forma de vida, dentro del ciclo de la Naturaleza. Entonces, internamente, podemos ofrecer al ser humano otros dones para su alma y su entendimiento. Ese es el vínculo de la Fraternidad de los Apicultores, esa es la alianza del hombre despierto con las abejas, la alianza Api-humana.



  • Pero, has hablado de Misterios, a ¿qué te refieres exactamente?
  • Por ahora sólo puedo adelantarte lo siguiente:
    • Al igual que todos los miembros de una misma colmena, todas las colmenas están unidas en lo Interno. Todas las abejas son “una” espiritualmente. 
    • Cuando una abeja fabrica su “cera”, los átomos de la misma permanecen unidos internamente, para siempre, con esa abeja. Esa cera es aceite de vida, cimiento de construcción, combustible de la naturaleza.
    • Durante milenios, las velas de cera de abeja, han iluminado todos los rituales, sacramentos y ceremonias de los humanos. Nuestro combustible ha sido el preferido para dar Luz a vuestros templos.
    • Por lo dicho anteriormente, la energía interna de cada átomo de cera, con la impregnación de vuestras energías espirituales y conocimiento, ha retornado a la abeja que la fabricó, y ésta a su vez la ha incorporado internamente a la Conciencia Colectiva de todas las Colmenas. Por tanto, ¿puedes comprender cuánto sabemos, conservamos y guardamos de vuestra espiritualidad? ¿Cuánto podemos compartir de vuestros propios ancestros y tradiciones sagradas con vosotros?
Mucho más hablamos, compartimos y sentimos, pero debe ser contado en otro momento. Por ahora sólo diré que volví de mi sueño con un “dulce sabor a miel” en mi alma.


                                                                     Sugam Ogima



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sábado, 3 de noviembre de 2012

Bienvenidos

          
        Este Blog tiene como objetivo compartir las impresiones internas y el material recibido de un Círculo de Conocimiento conocido como: La Fraternidad de los Apicultores.  Su  origen es  la colaboración consciente entre los seres humanos y las Abejas (APIS), para la evolución y desarrollo interior de ambas especies. De esta forma la Fraternidad se convierte en una vía para el conocimiento y el viaje interior del ser humano hacia el florecer de su Consciencia.


       

        ¿Cómo empezó todo? … Un paseo en una tarde soleada, un momento de serenidad y calma… y ahí estaba… la presencia, casi imperceptible para mi ocupada mente humana, de una sencilla y humilde abeja, concentrada en su labor de recolección floral y disfrute de la Vida. El hecho de sentir esa abeja de una forma especial, de reconocer internamente su Vida y su Presencia, cambió algo en mi para siempre. Desde ese momento un nuevo vínculo se estableció, una nueva forma de observar, una nueva experiencia de percepción y sabiduría que me permitió oír la voz de la Naturaleza, a través del armónico zumbido del vuelo de una abeja.

       A partir de ese instante, fluyeron las impresiones, imágenes, símbolos, que como una bella sinfonía embriagadora, revelaban ante mi el recuerdo de antiguos misterios, la secreta relación entre los elementos de la vida de las abejas y el Sendero del Despertar y Encuentro Interior del ser humano.

       Entonces aprendí y recordé:
  • Que la abeja es símbolo de trabajo, laboriosidad, disciplina, orden, de servicio desinteresado en el entorno, y sobre todo, del trabajo del alquimista.
  • Que la base de su labor es la recolección del néctar y polen de las Flores (órgano y semilla sexual de la naturaleza, síntesis máxima de la acción solar y trabajo alquímico de las plantas), de ahí el fuerte paralelismo entre su trabajo, la Alquimia y su Arcano.
  • Que la Colmena es una sociedad perfecta cuyo fin es el desarrollo de su misión en el ecosistema, transformando y elaborando ciertas substancias y energías en torno a determinados ciclos de la naturaleza. 
  • Que su grado jerárquico de organización implica una escala ascendente de mayor responsabilidad y servicio dentro de la colmena. La única diferencia entre una obrera y una reina está en el uso, la capacidad de asimilación y de transformación de determinadas energías, depositadas en la Jalea Real, pues su origen es el mismo para todas. 
  • Que una abeja debe aprender (simbólicamente) y desarrollar  7 trabajos,  que son el propósito y fin de su vida:
    1. Fabricación. (Poner los cimientos como constructora operativa de celdas y panales de cera de la colmena.)
    2. Cuidado y Protección. (Alimentar y cuidar a la reina, las larvas, y sus compañeras, mantener la temperatura interna de la colmena, limpiarla y protegerla de agresiones.)
    3. Aprendizaje del lenguaje. (A través de Danzas Circulares y de orientación, escalas de medida y distancia, indicación de objetivos florales precisos y tipos de substancias a extraer, etc.)
    4. Aprender a VOLAR. (Vuelo orientativo, enfocado al trabajo, el reconocimiento y el gozo de vivir.)
    5. RECOLECTAR las materias primas de su obra. (Reconocimiento y selección de tipos de plantas y obtención de: Néctar, polen, agua, y própolis base; almacenarlos adecuadamente para el transporte en sus patas traseras.)
    6. ELABORAR las substancias básicas para su trabajo. (Elaboración de la Miel y demás productos apícolas, a partir de materias primas, que constituye uno de los procesos más importantes de transformación Bioquímica en la naturaleza.)
    7. Usar su veneno, si fuera necesario. (Sólo lo puede usar una vez en su vida.)

  • Que las abejas elaboran principalmente 5 substancias o dones:
    1. Cera. (fabricación de la colmena y celdas)
    2. Miel (Alimento base de la comunidad y algunos otros seres del entorno, a  partir del agua, el néctar, el polen y ciertas substancias que ellas segregan y combinan alquímicamente)
    3. Jalea Real (Alimento de los primeros días de las larvas y de la vida de la reina, substancia primordial, fruto de la secreción de determinadas glándulas)
    4. Própolis o Propóleos (Combinación de la extracción de ciertas sabias y resinas vegetales con substancias segregadas, máximo antibiótico natural por excelencia y antiputrefacción)
    5. Veneno (Antiinflamatorio natural por excelencia y estimulante del sistema inmune, símbolo de renovación y transformación)






  • Que las abejas son fundamentales para el entorno y la vida del planeta, ya que son el principal insecto polinizador. Gracias a su papel selectivo en la polinización cruzada (sólo recolectan polen del mismo tipo de planta en cada ocasión), mantienen el equilibrio y la capacidad de reproducción de las especies vegetales de su entorno, si no lo hicieran así se rompería el equilibrio de todo el ecosistema. Alrededor de un 30% de la alimentación humana proviene de plantas polinizadas por abejas. Al mismo tiempo sus productos han alimentado  a muchos seres de su entorno, fundamentalmente al hombre.
  • Que Albert Einstein decía que: "Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres ....." . Actualmente  ya no hay colmenas silvestres, debido a la Varroa  (un ácaro), al uso de plaguicidas, etc. Sólo los apicultores polinizan con las abejas las flores silvestres y los cultivos. Hacerse apicultor es contribuir a la supervivencia del ser humano.
  • Que entre las analogías y curiosidades sobre su vida encontramos: Que la cera que elaboran, es el elemento usado para dar la Luz a nuestros templos a lo largo del mundo, acompañando los rituales sagrados. La forma hexagonal perfecta y pitagórica de las celdas del panal, en la que puedes encajar perfectamente una estrella de David. Poseen 5 ojos (dos compuestos y 3 simples), tienen 4 alas, 6 patas 2 de ellas las traseras especializadas evolutivamente para la recolección, 2 antenas fundamentales para la orientación y comunicación, un aparato bucal muy especializado para la recolección de substancias y elaboración y transformación de otras, existen 3 grados de jerarquía: obrera, zángano y reina. 3 fases de desarrollo, larva, pupa y adulto. La reina sólo se aparea una vez con los zánganos, recolectando y guardando todo el esperma que usará para toda su vida como reproductora, de 1 a 3 años según las especies. Para recolectar materias para 1 Kg. de miel para nuestras despensas una abeja tiene que emprender unos 50.000 viajes de recolección, normalmente a una distancia de más de 100 m, comparad el esfuerzo para su tamaño. Si meditamos en algunos de estos aspectos y relaciones numéricas el tema se desarrolla de forma fascinante y sobre todo clara, diáfana y simple si se usan las llaves adecuadas.


  • En los diferentes tipos de miel la abeja deja lo mejor de las propiedades de las plantas, si aprendemos a usarlas comenzaremos el interesante camino de la apiterapia. 
  • Todo lo anterior se refiere a las llamadas abejas melíferas, ya que existe una variedad tremenda de especies de abeja y muchas no son sociales. Pero para este trabajo nos referimos a la especie melífera domestica, ya que hoy en día es difícil encontrar panales y colmenas silvestres.
  • Si quieres profundizar sobre estos temas, recibir más información y desarrollar las relaciones simbólicas que iluminen nuestra consciencia hacia el desarrollo interior, te invitamos a meditar sobre todo esto y abrirte a las enseñanzas escritas para ti en el libro de la Naturaleza. Por ahora, por favor, no dejéis matar nunca una abeja, protegedlas. Un abrazo.

CONTACTO :       Fraternidad.Apicultores@gmail.com