“No
existe la casualidad, lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más
profundas.”
Friedrich Schiller (1759-1805)
Friedrich Schiller (1759-1805)
Un día duro en el trabajo. En la radio del coche sólo noticias
sobre la crisis económica, recortes, desahucios, incertidumbre en el futuro… En
cuanto llegué a casa saludé con un beso a mi familia, me di una ducha, un poco
de música tranquila, un momento de relajación en la cama antes de cenar y…
- Hola soy Teo.
- ¿Cómo?
- Que soy Teo, Ibdana me pidió que la sustituyera y te
atendiera hoy.
Me hablaba de nuevo una abeja, pero esta vez no se
trataba de Ibdana, la reina con la que mantenía mis diálogos y lecciones de
vuelo interno. Esta era diferente, sobre todo por sus ojos, eran grandes y
profundos.
- Hola, eres diferente a las obreras que había visto
hasta ahora.
- Bueno, diferente, diferente, no exactamente. Soy un
zángano.
- ¡Vaya, un zángano! (sonreí ligeramente)
- Sí ¿Puedo preguntarte de qué te ríes?
- Nada, nada, perdona. Ha sido sorpresa.
- No. Han sido prejuicios. Y lo entiendo, tal y como los
humanos prejuzgáis y lo etiquetáis todo.
- ¡Lo siento! me has pillado (y sonreí, pero esta vez
amablemente). Es que la idea que se tiene habitualmente de los zánganos es de…
(Me interrumpió)
- Sí, lo sé, en vuestro idioma es sinónimo de inútil,
vago y perezoso, lastre que mantener ¿verdad?
- Bueno algo así, pero te ruego que no te molestes
conmigo. Si Ibdana te ha enviado hasta mi es por algo. Así que no te enfades,
no me vayas a picar.
- ¿Picar? (y soltó una gran carcajada) No sé con qué
¡Tranquilo hombre! Los zánganos no tenemos aguijón ni veneno. Somos budistas.
(Y de nuevo soltó una gran carcajada contagiosa y reímos juntos.)
- Te ruego perdones mis prejuicios, tienes todo la razón
sobre esa característica nuestra de prejuzgar, renunciar a lo cognoscible por
lo ya conocido.
- Más bien, como dice la tradición, os quedáis en lo
conocido por miedo a lo desconocido.
- Sí, cierto. Por favor, siento curiosidad ¿Cuál es el
papel de los zánganos en la colmena?
- Te hablaré un poco de ello, porque Ibdana me encargó
otro cometido contigo hoy. Antes que nada, el nombre de zángano nos lo habéis
puesto los humanos. Surgimos de huevos sin fecundar puestos por su gracia, la
Reina de la colmena. Por eso tenemos la mitad de los cromosomas que las
hembras. En una sociedad matriarcal, nosotros somos los más vulnerables y
sensibles. Nuestro papel en la colmena es el de mantener su equilibrio, nuestro
especial sistema sensitivo nos permite detectar cualquier cambio o variación
sospechosa, de forma que la colmena entera actúa a nuestras indicaciones. También
nos encargamos de colaborar en mantener la temperatura, reemplazando a las
nodrizas para que descansen, mientras nosotros mantenemos calientes a las crías
en sus celdas. Repartimos también el néctar y la miel recolectada entre las
obreras alimentándolas, cada uno de nosotros atiende a unas 50 obreras. De vez
en cuando salimos, y como no tenemos glándulas odoríferas, visitamos otras
colmenas ya que no somos rechazados por las guardianas de la entrada. Pero
nuestro gran don, nuestra principal misión es “dar vida con nuestra vida”. El
día de nuestra muerte es el de nuestras bodas. Salimos en Vuelo Nupcial, voluptuoso
y embriagador, en trance, y nos unimos hasta 17 de nosotros en una cópula, en
un brindis por la vida, con su gracia la reina. Nuestro esperma queda en su
interior, almacenado durante mucho tiempo, lo que produce su increíble
fecundidad. Ese día, nosotros perdemos nuestro aparato genital y morimos, dando
nuestra vida por la Vida.
Asombrado, escuchaba su descripción. Estaba leyendo el sagrado
libro de la naturaleza, el llamado en la tradición “M”, el “Liber Mundi”.
- Querido amigo Teo, es sorprendente lo que me cuentas ¡Ya
lo creo que has cambiado mi idea sobre los zánganos!
- Pero hay más (dijo mientras sonreía). La atmósfera de la colmena, para
mantener el ritmo de trabajo y servicio, necesita de equilibrio y serenidad
emocional. Porque, aunque vosotros lo dudéis, los animales sí tenemos
sentimientos, al igual que las plantas. Y de eso nos encargamos nosotros. Poco
después de nacer, aprendemos a emitir e irradiar constantemente, sentimientos
de paz, calma, serenidad, equilibrio. Modulamos el nivel vibratorio de la
colmena, o de lo contrario funcionaría en desorden y caos, algo así como
vuestras estresantes sociedades occidentales. Cuando te dije que éramos
budistas, no era broma. Y te diré algo más, esta función nuestra, es muy similar
a la que se relaciona con uno de los secretos
iniciáticos mejor guardados acerca de vuestra especie humana.
- ¿Secreto? ¿Cuál?
- Los S.D.
- ¿S.D. de qué hablas?
- Me refiero a los seres humanos con Síndrome de Down.
Para vosotros ellos son una anomalía genética, muchos, tristemente, los
consideráis un fracaso evolutivo. Sin embargo nada está más alejado de la
verdad. Los S.D. son un regalo de Dios a la humanidad. Su trisomía en el par de
cromosomas 21, NO ES CASUALIDAD, no es un error genético. Responde a un Plan
para entregar a vuestra especie “amantes PUROS del Amado”. La calidad de sus
mentes y corazones, son de tal pureza vibracional y evolutiva, que sólo grandes
iniciados y almas santas se acercan a su nivel. Su papel original es similar al
nuestro en la colmena, emitir e irradiar pensamientos y emociones primordiales,
que ejercen un efecto curativo y benéfico sobre vosotros, modulando el equilibrio
psicológico y emocional de vuestra sociedad, armonizando la atmósfera de la
humanidad. Por eso, las culturas realmente civilizadas, cuidan de ellos con
sumo respeto y veneración. Nunca les desprecian ni les miran con pena, son
deseados y reconocidos como dones divinos. Sin embargo, en la vuestra, salvo
por sus familias, reciben impresiones de que son deficientes, minusválidos, una
carga. Prejuicios, prejuicios y más prejuicios. Por eso tienen muchos problemas
para desarrollarse, mostrar y expresar lo que realmente son. Y por eso se les
hace muy difícil su misión curativa y armonizante sobre vosotros.
- ¡Madre mía! Esto sí que no me lo esperaba. Me dejas
atónito y sin palabras.
- Nada es casual en la naturaleza, y aunque hay errores,
responden siempre a un fin, a un Plan. Y algo muy similar sucede con los
autistas y algunas otras de las que llamáis “deficiencias”. Enviados para
enseñaros y ayudaros, son relegados socialmente, en ocasiones aislados o simplemente
ignorados ¿Has mirado alguna vez fijamente a los ojos de un S.D.? ¿Te has
preguntado por qué sus rostros se parecen unos a otros, más allá de la
consecuencia de su peculiaridad genética?
Teo guardó silencio. Yo intentaba asimilar esta
información. Recordaba el rostro de personas con S.D., su alegría vital, su
pureza infantil, su facilidad para amar y sonreír…
- ¿Y cómo podríamos ayudarlos, o por lo menos no
interferir en su desarrollo?
- Ante todo son seres humanos, con su personalidad y su
ego, desarrollado en el contacto con aquellos que los han educado. Por tanto no
esperes reacciones milagrosas. La forma de que fluya su potencial interior, es
simplemente dejándolos SER. Permitiendo su libre desarrollo y apoyando a sus
familiares, que les dan el amor que merecen. Con afecto, amabilidad y paciencia
ante lo que no entendéis. Cuando te encuentres ante uno de ellos, simplemente
no pienses, evita los prejuicios, y sobre todo permanece presente en el aquí y
ahora, deja fluir tu consciencia sin dejarte embargar por ninguna emoción. Sólo
percibe los dones de su presencia.
De nuevo guardó silencio un momento, me pareció que se había emocionado.
- Y de eso (continuó) es de lo que debía hablarte hoy,
por indicación de Ibdana, de la Presencia. Es lo que estas ejercitando en tus
prácticas de vuelo ¿no?
- Sí, claro, en eso anda mi propósito. Pero aunque tengo
buenos resultados, parece que todo en mi entorno conspira para dormirme, para
hacerme olvidar de mí mismo, para sumirme en el sueño colectivo que siento a mi
alrededor cada día.
- No es un buen momento para vuestra sociedad (exclamó Teo).
Estáis bajo la presión de circunstancias externas, de intereses y voluntades
que os mueven al MIEDO. Ése es vuestro auténtico enemigo. Tenéis miedo y se os
nota. Miedo a la crisis económica que sufrís, a la incertidumbre del mañana, a
qué decisiones tomarán por vosotros los políticos en quienes habéis depositado
vuestro futuro, y a los que notáis cada vez más incapaces. Sois varios miles de
millones de personas vibrando en esa nota, irradiando constantemente
pensamientos y sentimientos, energía psíquica, de miedo, angustia, ansiedad,
desesperanza… Todo eso lo recibimos en las colmenas, de vuestras impresiones
depositadas en la atmósfera del planeta, y de los apicultores con los que
estamos en contacto cada día. También percibimos en cada flor y árbol que
visitamos, la angustia y preocupación de la Gran Madre Gaia y el resto de seres
por vosotros. La naturaleza toda sufre y se lamenta por la desorientación y
confusión en la que vivís, vosotros que estáis destinados a ser Señores y
Reyes del mundo que se os ha confiado.
Miré hacia el suelo, mientras cierto remordimiento surgía en mi interior. De nuevo guardamos silencio durante unos
instantes, el necesario para que la ideas e impresiones se asienten. Luego me
puso una de sus patas en mi hombro y me dijo.
- ¡Pero hay remedio hombre! No te deprimas, que no es lo
que pretendo. Simplemente te muestro los hechos.
- ¿Hay remedio para la humanidad? Suelo ser muy
optimista, pero en ocasiones, cuando observo nuestro comportamiento con la naturaleza,
con los demás seres y entre nosotros mismos, no puedo evitar ver las cosas con
decepción y tristeza.
- ¡Pues ahí es donde está el quid de la cuestión! Los
sentimientos y pensamientos que irradiáis. Eso es lo primero que debes vigilar.
Proteger tu espacio mental y emocional, para que no entre en sintonía con la
atmosfera colectiva de sueño y desesperanza de la que hablaba antes, y no
empieces a emitir automáticamente, como un repetidor, ese tipo de ondas
mentales. Eso se aprende, tú y todos pueden aprenderlo. No se trata de negar la
realidad que os llega, se trata de no dejaros influir por ella y poner vuestro
granito de arena para cambiar las cosas, mostrando la otra mejilla, la otra
cara o modalidad de vuestras vibraciones, y también sobre todo, con el ejemplo.
Si unos pocos de vosotros comenzáis a trabajar con esa actitud consciente en
vuestro entorno, esas ondas tendrán un efecto dominó ¿sabes por qué?... Porque
son de mejor y más alta calidad vibratoria. El miedo, la angustia, el egoísmo
realmente no existen, tienen manifestación subjetiva en vuestra atmósfera
psicológica compartida, por razones evolutivas y desarrollo de vuestro
aprendizaje vital. Sin embargo, las otras emociones, el Amor, la Esperanza, la Alegría por la vida, la Serenidad, SON REALES, corresponden a
vuestra auténtica naturaleza interior, a lo Real y Esencial en vosotros. Por
eso, una vez comprendéis esto, las cosas cambian. Aunque no lo creas, son
muchos los seres humanos que ya se mueven y se han movido a lo largo del
tiempo, con esta dinámica.
- Y con todas esas personas trabajando por ese fin
¿Cómo no notamos ya cambios palpables?
- Hay varias razones. En primer lugar vuestra infancia
evolutiva como especie, hace que sigan siendo minoría entre vosotros. La matriz
en la que evolucionáis como humanidad, tiene ciertas reglas que no se pueden
saltar. Tienen que ver con el libre albedrío, con los pasos necesarios en el
proceso de desarrollo humano. Y con ciertas y determinadas “mentes y
voluntades” que se resisten al cambio, manteniendo a la humanidad en una
especie de hipnosis general, como un pastor que tiene hipnotizadas a sus
ovejas, para que no despierten y dejen de darle los alimentos que obtienen de
ellas. Pero todo esto responde a ciclos y periodos, y el que estáis viviendo
ahora es propicio para los cambios e impulsos evolutivos de la colectividad.
- Lo siento, pero todo esto que comentas es un poco
difícil de digerir. Son ideas que siento en mi interior como ciertas, pero en
mi mente resuenan algo abstractas. No acabo de ver exactamente cuál es el
problema actual de la humanidad.
- Sencillo. El problema de vuestra sociedad actual no es
económico, ni político, ni de falta de recursos. Es un problema ESPIRITUAL.
Habéis apartado todo lo espiritual de vuestras vidas. Las formas religiosas
externas de épocas anteriores, ha fracasado en integrarse a vuestras nuevas
necesidades sociales y culturales. Vuestros jóvenes, ensimismados por la
hipnosis de la tecnología y el enfoque lúdico de la vida, han perdido la
orientación del auténtico sentido de su existencia. A ellos no les podéis
hablar de espiritualidad con parámetros caducos del pasado, con los dogmas de
la fe ciega. Necesitan “odres nuevos para el nuevo vino de luz que se avecina”.
- ¿Y cuál es la solución a ese problema, cuáles son esos odres?
- ¿A un simple zángano se lo preguntas? (y sonrío
mientras estiraba sus alas.) La solución a vuestra crisis es LA SOLIDARIDAD, el
compartir, el despertar la consciencia entre vosotros por el bien común.
Vuestras estructuras económicas y sociales están cayendo por sí mismas. Vuestro absurdo afán de acumular y explotar recursos de forma egoísta no puede
continuar. No tenéis más salida evolutiva en estos momentos que la Solidaridad.
Debéis transmitir a vuestros niños y jóvenes qué es lo realmente importante y
qué no ¿Los móviles, los coches potentes, ir a la moda, las cirugías estéticas,
ir a Marte? Debéis preguntaros y reflexionar sobre esto. Preguntad a vuestros
ancianos y sabios, a vuestros monjes, lamas y derviches, a vuestros chamanes y
guías espirituales de tribus africanas, australianas y amazónicas, a vuestros
filósofos y físicos cuánticos, a los médicos y cirujanos que pasan sus
vacaciones de descanso operando a niños en África y Sudamérica, a aquellos que
luchan con sus propios recursos y dinero por la supervivencia de los
ecosistemas. Preguntad a ellos y os lo dirán.
- Una vez más, tienes toda la razón estimado Teo. Tenemos
que cuidar a nuestra madre Naturaleza y cuidarnos a nosotros mismos, incluyendo
al prójimo en nuestras vidas. Sentir el vínculo con los demás seres humanos sin
distinción de razas, credos o nacionalidades.
- Y el vínculo con todos los seres vivos con los que
compartís este planeta. Pero se me hace tarde, creo que ya he cumplido con lo
que Ibdana me pidió respecto a ti. Solo me queda recordarte la clave central de
nuestro diálogo: “Vigila y protege tu
espacio mental y emocional, para que no entre en sintonía con la atmósfera
colectiva de sueño y desesperanza”. Practica el ejercicio de “presencia en
el ahora” varias veces durante el día, en tus actividades cotidianas. Y en
cuanto percibas a tu mente pensando automáticamente, emitiendo pensamientos y sintiendo emociones negativas
de baja vibración, que no son tuyas, es que has sintonizado mecánicamente con
esa onda de sueño colectivo. Entonces vuelve a la Presencia que fluye desde tu
interior, al aquí y el ahora. Se trata de que tengas la oportunidad de observar
qué y cómo piensas, qué y cómo sientes. La mayoría de las personas ignoran esto
sobre sí mismos. Si modulas la calidad de tus pensamientos y emociones, si
eliges en qué frecuencia quieres vibrar, estarás ofreciendo la mejor contribución
para mejorar este mundo ¡Adiós amigo!
- ¡Adiós Teo! Gracias por todo lo que me has enseñado
hoy. Compartiré con todos la realidad sobre los zánganos. Budistas y seres que
entregan su vida por la VIDA.
Sugam
Ogima
muy bueno .Gracias por compartirlo,
ResponderEliminarJaime